jueves, 21 de octubre de 2010

Asesoria exitosa

Debo admitir que la tecnologìa me ha rebasado,pareciera, años luz; el rubor manifiesto por la alta temperatura que alcanzan mis ahora color escarlata cachetes a la par de la temblorina de mis dedos al teclear estas tan inseguras palabras ya a este punto me hace dudar que sea mi incompetencia en este mundo cibernètico lo que me ruboriza. Muchas veces he escuchado el "eres como una niñota" condiciòn que abiertamente la mayoria de las veces he disfrutado. Como cuando de repente elevo mi mirada al cielo, y descubro los rayos de sol pasando a travès de las nubes con un destello tan brillante como cegador. Creo que solo una niña se perderìa extasiada en esa màgica visiòn, olvidando toda la serie de menesteres que expectantes aguardan mi mìnima o detallada atenciòn. Pero en esta ocasiòn ¿en esta ocasiòn? En este instante es tan diferente, pareciera tortura con palillo chino, como dirìan por ahì. Lo sè! Me lo dicen mis atomatados cachetes y este calor que pareciera reventará mi cabeza, pero además es tan agradable.

3 comentarios:

  1. Es un honor el hacer el primer comentario, el ver la gestación de tan lindas y aparentemente inconexas palabras, pero leo entre líneas y disfruto del escarlata de tus mejillas y de ese brillo contagioso en tus ojos y esa sonrisa que seguramente adorna tu rostro al momento de leer estas palabras. Gracias por dejarme compartir letras y experiencias.
    Aullidos para ti.

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  2. En medio del caos, tus alentadoras líneas leídas por vez primera a pocos minutos de ser lanzadas al mundo me han dado un calorcito tan necesario y sanador en el preciso momento. Y atinadamente pronosticado me han robado una y mas sonrisas. Mi ya muy estimado Lobo. Te agradezco abrirme la puerta al mundo maravilloso de las palabras y el compartir espacios,sonrisas,tés,chocolates y demás. Los pensamientos que hoy roban y acaparan mi atención no permitieron mostrar previamente lo significativo de las lineas recibidas. A veces la disperción es inevitable.
    Recibo emocionada los aullidos.

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  3. Leídas dos años después tus palabras y sabiendo que la tecnología que entonces creías te superaba, es ahora arcilla que moldean tus manos, intuyo la misma mirada, el mismo rubor en tus mejillas

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